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Agradecer a Salvador Hernández su ayuda en la configuración de este blog. Gracias Salva.



martes, 25 de octubre de 2016

De finde por el Bierzo (Parte 2)

Panorámica de los montes Aquilianos con Pico Tuerto al fondo
Aunque menos que el día anterior, toca madrugar un poquito también para esta segunda etapa por tierras bercianas, ya que a pesar de no estar demasiado lejos, el desplazamiento desde Noceda hasta Peñalba de Santiago, donde iniciaremos la ruta del día no es fácil.
Durante la noche cayó muchísima agua y el viento sopló de lo lindo, así que cuando sonó el despertador, lo primero que hice fue mirar por la ventana a ver como se presentaba el día, y a esas horas, la verdad, es que aún no se había presentado. 
Bajamos a desayunar, y ahora sí, el día parece que empieza a despuntar y no lo hace de manera amenazante al menos.
Amaneciendo en Noceda
Antes de partir reparto algunas consignas a todos los conductores que vamos a llevar nuestros vehículos hasta el corazón del Valle del Silencio, y es que aunque no mucho, algo hay que callejear por Ponferrada y la subida a Peñalba, la verdad es que es de traca. Buen asfalto pero carretera muy estrecha con curvas de nula visibilidad y riesgo de desprendimientos. Ocho son los automóviles que nos ponemos en marcha cara a una de las más bellas localidades de Castilla y León y de España, como reza el cartel que hay a la entrada de la pequeña pero coqueta aldea.

Paso por San Clemente de Valdueza cara a Peñalba
Una vez en Peñalba, relajando la tensión de las piernas (que es que la subida en el coche tensa un poco), nos encaminamos hacia la cantina del pueblo para tomar un cafelito y entrar en calor para después ir a la bella iglesia mozárabe consagrada a Santiago el Mayor y allí leer un poema, que nuestra compañera Ana nos recita, la cual recibe una merecida ovación que sirve de pistoletazo de salida para encaminarnos ya a por la Cueva de San Genadio.

Imágenes de la Iglesia de Peñalba (Siglo X)
En cuanto salimos de la aldea, en la que viven unas 20 personas, vemos a algunos lugareños recoger las nueces que esta noche habían caído al suelo, y con las que quedamos después para poder comprarles unos pocos kilos.
El inicio, al revés que ayer, es en pronunciado descenso, también por pista hormigonada en principio y luego ya un bello camino de tierra y en un principio sin fuertes desniveles. Al poco de iniciar, en una curva de vaguada cruzamos sobre el Arroyo del Aro que nace a unos 1600 metros de altitud en la ladera del impresionante doble pico de la Silla de la Yegua, que llega a los 2142 (en la Cabeza de la Yegua) o sea, 1000 metros por encima de Peñalba. Objetivo a la vista para el 2017...
Tras cruzar el mencionado arroyo, subimos un poco, así a modo de calentamiento, que además no viene mal del todo, ya que aunque no de forma exagerada, está lloviendo.



En el cruce hacia la Cueva de San Genadio, comento que es un kilómetro hasta la cueva y otro de vuelta, por si alguien decide esperar aquí y no acercarse hasta allá arriba. Yo digo una mentirijilla piadosa diciendo que no es duro para que se animen todos, ya que además, lo de esperar parado bajo la lluvia tampoco es agradable. Realmente no es duro, pero tiene algo de miguilla y más lloviendo como está en este momento. Una vez más, lo peor es la zona de piedras que resbalan de lo lindo y por las que el Arroyo del Silencio se va colando por lo que, aunque haya un puente, los pies los vamos a tener que mojar.


Las dos fotos anteriores están hechas el día en el que fui a la "previa". El día de la ruta había agua por todos lados, y esas piedras resbalaban más que el hielo.
Una vez cruzado el río, el cual nace también a unos 1600 msm, pero este lo hace en las laderas del Pico Tuerto (2051 msm) vamos por una senda estrecha, a veces colgada sobre el Valle que vamos remontando y que ofrece una increíbles vistas, sobretodo en los días claros.
Una vez ya en la cueva, coincidimos con el grupo de Cebreros que habíamos visto el día anterior en Las Médulas. Nos reagrupamos en el interior de la cueva-ermita, protegidos del fuerte chaparrón que está cayendo en este momento. En esta ocasión, es la guapa Irene la que recita un nuevo poema frente a la imagen de San Genadio, el cual fuera obispo de Astorga entre los años 899 y 920, y que se retirara aquí, a este lugar a orar. Según algunos autores fue sobrino de Ordoño I y según otros hijo de Alfonso III y Jimena de Asturias. Este cenobita fue seguidor de San Fructuoso y San Valerio. Tras su renuncia al obispado en 920, se retiró definitivamente a estos parajes en los que moriría sobre el año 936 muy posiblemente en Peñalba. Fue sepultado en el Monasterio de San Pedro de Montes, pero en 1603, la Duquesa de Alba exhumó sus restos sin autorización y se los llevó al convento de dominicas de Villafranca. A este pobre hombre, lo de descansar en paz, no iba con el, bueno, más bien no le dejaron descansar en paz, ya que posteriormente el cabildo de Astorga reclamaba su cabeza y le fue entregada la misma en 1621, pero el cuerpo fue trasladado al Monasterio de Nuestra Señora de las Lauras en Valladolid, el cual fue derribado en 1980. Estaba donde actualmente se encuentra el Hospital Campo Grande.
Interior de la Cueva de San Genadio
Cueva de San Genadio
Al fondo a la izquierda La Mayada (2021 msm) 
Peñalba desde la cueva
Salimos de la Cueva y volvemos a la senda por la que iniciamos ruta y llegamos a uno de los momentos más duros de la ruta, donde sufriremos los mayores desniveles, por un camino además bastante embarrado, siendo en algún momento un pequeño riachuelo, pero todos estos esfuerzos se verán recompensados cuando el arbolado desaparezca con las impresionantes vistas que obtendremos. Después llegaremos a una zona conocida como el Carballal, en la que hay una gran espiral de piedras ancladas en el suelo, y desde donde en los días claros, las vistas sobre la gran Hoya del Bierzo con las imponentes chimeneas de la central térmica de Compostilla son espectaculares. Al fondo se puede llegar a divisar la Cordillera Cantábrica y a nuestras espaldas queda una gran pared de piedra en la que los amantes de la escalada, seguro que disfrutarían de lo lindo. Junto a esta espiral, nuevo reagrupamiento.
Vistas sobre la Hoya del Bierzo con las chimeneas de Compostilla
 

La Espiral
Vista de Peñalba desde la Espiral y del paso hacia el Morredero con las laderas de Cabeza de la Yegua
Seguimos subiendo unos pocos metros, no sin antes insuflar unos pocos ánimos a los andantes que peor van en forma de una nueva mentira piadosa. (Mi abuela decía que no hay peor mentira que una verdad a medias, y yo llevo ya unas cuantas). Pero se que toda esta gente que ya llegó hasta aquí puede terminar la ruta. Yo siempre he dicho que ninguna ruta es dura, se endurece con los ritmos que le pongamos, claro está en términos generales. Las condiciones climatológicas pueden hacerla más dura, eso si.
Tras el reagrupamiento, terminamos de subir hasta un pequeño collado, y que será el punto más alto de la ruta a 1306 msm, para afrontar ahora un pronunciado descenso, muy embarrado además que hace que haya algún que otro resbalón, pero con la ayuda de los bastones y agarrándonos a las escobas que flanquean el camino, llegamos sin mayores dificultades a la zona más rocosa, antes de cruzar el Arroyo del Pico Tuerto.
Valle hacia el que bajaremos. A la derecha Montes de Valdueza
A punto de cruzar el Arroyo de Pico Tuerto
Una vez cruzado el arroyo, el camino vuelve a sen ancho, y entre castaños centenarios, aunque poco antes de llegar a Montes de Valdueza aparecerán otros bastante más jóvenes.

Quién ve a Ana?
 





En una zona un tanto descampada, llegamos a un pequeño montículo de lascas de pizarra, coronado por un curioso crucifijo de madera, con una rama seca que figura el cuerpo de Cristo, y detrás, una figura de hierro que parece significar un árbol podado; en la penúltima de las fotos anteriormente puestas, se pueden ver.
Vista de Montes de Valdueza desde el montículo del crucifijo
Una vez llegados a Montes de Valdueza, que en algunos mapas aparece como San Pedro de Montes de Valdueza, ya que el monasterio está consagrado a ese santo, paramos en la cantina, con cuya dueña gestionara yo el que nos dejara comer allí nuestro bocadillos a cambio de consumirle las bebidas, ya que no tienen la infraestructura necesaria para preparar tantos platos para comer. Agradecer desde estas líneas la atención que tuvo para con nosotros.
En el interior de la cantina
Entrada a la cantina
Calle de Montes de Valdueza
 

Monasterio de San Pedro de Montes (Siglos IX-X)
Palco de la orquesta 
 

Salimos de Montes, camino a la Ferrería de Linares en cómodo descenso, aunque de vez en cuando alguna gota de lluvia nos cae. En la parte más baja de este camino, llegamos a un pinar que cuenta con unos majestuosos pinos de gran altura. Una vez en la antigua y ruinosa herrería, nos dirigimos hacia la planta de captación de agua por la carretera (unos 50 metros) siendo este el punto más bajo de la ruta a 740 msm. Antes de llegar a la carretera, divisamos un camino al otro lado del río, que en una primera parte sube de manera bastante fuerte describiendo unas impresionantes zetas. Yo voy advirtiendo, de que es por ahí, por donde continúa nuestra ruta... Pero una vez aquí, ya no quedan más cachavas que afrontar esas duras rampas. Poco a poco, que no tenemos prisa...

Dos fotos con vistas desde el descenso hacia la herrería
Zona de pinar
La Herrería y la carretera que sube a Peñalba
 

La planta de captación de agua
Una vez cruzado el río Oza, que es fruto de la unión de todos los arroyos que hemos ido cruzando en la ruta y alguno que todavía nos queda por pasar,  cierro las cancelas para que no entren los animales y tras mis compañeros me dispongo a ir ganando altura rápidamente. La verdad es que el cansancio va haciendo mella y el que más o el que menos hace una pequeña paradiña para sacarse la ropa de abrigo y tomar aire.






En las fotos anteriores se puede ver la belleza, y también un poco la dureza de este camino por le que vamos ahora. Será un kilómetro escaso de fuertes desniveles para luego llegar a una zona de toboganes mucho más cómodos, aunque picando hacia arriba, en medio de un bello bosque que hace que esta parte de la ruta sea un placentero paseo.
Al igual que en el día de ayer, y en buena parte del día de hoy, vemos bastantes setas, pero mis nulos conocimientos del mundo de la micología, hace que hoy no vaya a cenar un revuelto de setas, no sea que empiece a ver elefantes de colores o cosas más raras aún.






En las fotos anteriores se puede observar la diferencia de tonos de hacerlo con sol o con lluvia, y además, lo que avanzó el otoño en los 15 días que difieren las instantáneas.
En medio de este bosque nos encontramos con una minúscula aldea abandonada y que al parecer, están reconstruyendo unos "hippies". El nombre de este sitio es Corrales de San Mateo.




En las fotos anteriores se pueden ver los restos de Los Corrales de San Mateo y la zona en la que está enclavado.
Ya queda poco... y casi hasta da pena pensar que la aventura se acaba... Pero aun tendremos ocasión de disfrutar de más panorámicas impresionantes de los picos de estos montes Aquilianos. Realmente esta zona es una pasada, pero la vida aquí no ha tenido que ser fácil para los lugareños. Inviernos duros, dificultad de acceso... La verdad es que las gentes que aquí hayan pasado sus vidas, habrán disfrutado de una tranquilidad casi infinita, pero merecen un monumento.

IM-PRE-SIO-NAN-TE
Bueno, pues poco después llegamos a la carretera por la que haremos los últimos 700 metros de la ruta, hasta el aparcamiento donde dejamos nuestros carruajes y donde esta vez será Pedro el encargado de leernos el poema de fin de ruta. 
Hacemos balance del fin de semana, el cual creo que ha sido satisfactorio y nos despedimos ya de los primeros que ponen rumbo de vuelta a Boiro. Otros vamos a tomar una cervecita, un cafetito y a comprar las nueces que tienen una pinta buenísima.






Pues con esas fotos de la bella Peñalba, pongo fin a esta crónica de un fin de semana, que para mi ha sido una auténtica gozada, y de la que celebro que al final, esos caminantes que tenían dudas, fueran capaces de terminar y de disfrutar de toda esta belleza. Esta vez creo que si valió la pena no ir contando la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad.
Ahora solo queda volver a casa y bajar por esa carretera tan guay... Y pensar en cual será la siguiente ruta que pueda proponer a mis compañeros de Vintedouspés. Sanabria, Montaña palentina, Somiedo...
A ver que se va cociendo.




RUTA 1. FUENTES CURATIVAS DEL NOCEDA:
Distancia: 11,6 Kms
Desnivel: 510 metros

RUTA 2. LAS MÉDULAS (Senda de las Valiñas)
Distancia: 6 Kms.
Desnivel: 290 metros

RUTA 3. VALLE DEL SILENCIO
Distancia: 16,5 Kms
Desnivel: 790 metros

4 comentarios:

  1. Buenas amigo Nino.
    Otra de tus travesías comunitarias. Gran espectáculo de sendas y montes, esta vez liderando un grupo ávido de emociones e impulsados por su afán de plasmar su impronta poética en lugares tan insignes.
    Cruzar bosques, vadear arroyos...trepar peñascos y no desalentarse ante las fatigas, son las huellas que definen el caracter de los Boireños (perdón por el gentilicio mal empleado). Aún queda el reto, que sería la confirmación total de la aventura....dejarme probar las magníficas nueces que has adquirido, y comprobar su suculencia, puesta en comparación con las nueces del nogal de mi abuelo...
    Ahí lo dejo.
    Verificador A63

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    Respuestas
    1. Unas nueces habrá que darte, pués.

      Graciñas por el comentario!!!
      Con cariño, un boireño!!!

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