El próximo 4 de febrero, habrá una comida con Ezequiel Mosquera, para mostrarle el apoyo de la gente, de los que amamos el ciclismo y para que vea que no está solo. Le debemos tardes de vibrar con el ciclismo profesional, unas tardes que por lo menos a mi me hicieron levantarme del asiento, y desde el salón de mi casa darle gritos de ánimo, aunque estuviera a muchos kilómetros de distancia.
Es por eso, por hacerme sentir el ciclismo como antaño con los Indurain, Perico, Chiapucci, el Chava y compañía, por lo que yo, ahora que lo está pasando mal, voy a intentar devolverle dentro de mis posibilidades, parte de lo que le debo, y ¿que menos que estar a su lado cuando lo puedo hacer?. Es de bien nacidos ser agradecidos, y yo tengo que agradecerle que me devolviera la ilusión por el ciclismo profesional, aunque McQuaid, la Xunta, el CSD, la RFEC, o Doña Carmen Victoria intenten hacer que la vuelva a perder.
No será así, Ezequiel me devolvió la ilusión, y ahora, esa ilusión no va a morir aunque no le dejen competir, ya que uno de los que fue su más fiel escudero, vuelve al pelotón nacional y seguro que seguirá en la línea que hasta ahora, me refiero a Gustavo César Veloso, que a buen seguro volverá a hacer que me levante del sillón viendo las etapas de la próxima Vuelta.
Desde aquí hago una llamada para que te sumes a esta iniciativa tan bonita. Lo pasaremos bien, seguro. Anímate y acude. Tienes hasta el 31 de enero para apuntarte.
No será así, Ezequiel me devolvió la ilusión, y ahora, esa ilusión no va a morir aunque no le dejen competir, ya que uno de los que fue su más fiel escudero, vuelve al pelotón nacional y seguro que seguirá en la línea que hasta ahora, me refiero a Gustavo César Veloso, que a buen seguro volverá a hacer que me levante del sillón viendo las etapas de la próxima Vuelta.
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