Este pasado fin de semana, el grupo de montaña Vintedouspés del Barbanza, nos fuimos de excursión a la preciosa comarca del Bierzo para hacer un par de rutas, que finalmente fueron tres, en las cuales el encargado de guiar los pasos de los 30 expedicionarios que nos apuntamos, era yo. Parece una chorradilla, pero da una responsabilidad bastante seria. Que sea del agrado de todos, que sea apta para todos los que van, que se esté a gusto, que nadie se pierda... Y por eso unos días antes me fui yo solo a repasar todo el recorrido completo para ver los posibles puntos conflictivos y los que pudieran dan lugar a error.
Con todo más o menos dispuesto llegamos en la mañana del sábado a eso de las 10:30 a Noceda del Bierzo, pueblo largo como un día sin pan. Allí al grueso del pelotón que partió de Boiro y de otras zonas del Barbanza y de Compostela ya nos esperaban algunos que salieron el día anterior y mi colega Rober (Guanchin) que nos acompañó en el primer día.
Cuando ya estamos todos, nos ponemos en círculo para las presentaciones y para dar ciertas consignas y explicar un poco como va a ser esta primera ruta por las Fuentes Curativas del Noceda.
Emprendemos la marcha, que empieza con una considerable rampa hormigonada, un pequeño tramo de carretera que da servicio al camping y enseguida por una pista de tierra que en estos primeros metros coincide con la Ruta BTT que une las localidades de Barruelo de Santullán en la bella montaña palentina con la de Balboa, puerta sur de los Ancares. Por si alguien está interesado en hacer esa dura ruta con su BTT,
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Por extraño que parezca, pocas fotos hice en este fin de semana (solo 162), así que compaginaré fotos de estos dos días con las que hice en mis rutas de reconocimiento.
El comienzo de la ruta será entre sotos con impresionantes castaños y algún que otro nogal, aunque de estos últimos veremos más hacia la parte final.
A la primera fuente que llegamos es la de Juan Alvarez, que realmente desconozco si tiene propiedades curativas (creo que no) pero para rellenar las cantimploras está de fábula.
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El otoño dejando huella |
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Impresionantes castaños |
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Fuente de Juan Alvarez |
Tras rellenar cantimploras, bidones, botellas... Seguimos la ruta, la cual no tardando se va a poner interesante ya que a la altura de la planta de captación de agua, desaparece esta pista ancha por la que vamos para continuar la aventura por una senda mucho más estrecha y más bonita e ir pegados al río Noceda, que deja estampas realmente bellas en su por aquí rápido descenso antes de tributar sus aguas al río Boeza, y éste posteriormente al Sil, y los castaños dejarán paso a los robles y a los abedules.
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Vista de la parte baja de la Sierra del Gistredo |
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El camino antes del punto de captación de agua |
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Senda después del punto de captación |
Tras cruzar el río sin problemas, ya que cuenta con un bonito puente de madera, llegamos a otra de las fuentes, la del Azufre, la cual tiene un color, que realmente no invita a probar... El agua es carbonatada y ferruginosa y según cuentan, su principal propiedad es la de abrir el apetito. Junto a esta fuente hay una pequeña y bella cascada.
Poco más arriba está la Fuente de la Salud o Manantial de la Doncella con su agua clorurada, oligomineral y sulfatada mixta.
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Río Noceda |
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Pasarela a la Fuente del Azufre |
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Fuente de la Salud |
Tras visitar estas fuentes, el camino nos da un respiro, con una zona llana, que incluso pica en algún momento hacia abajo. Además, el bosque por el que vamos es todo un regalo para los sentidos. Poco después llegamos nuevamente a una pista más ancha por la cual empezamos a ganar altura rápidamente y cuando el arbolado desaparece, podemos empezar a disfrutar de una maravillosas vistas sobre parte de la Hoya del Bierzo y al fondo los Montes Aquilianos y la Sierra del Teleno.
Pasaremos junto a otra fuente que quedará a nuestra derecha de la cual desconozco el nombre y si tiene alguna otra propiedad que la de calmar la sed del caminante. que hasta aquí llegue.
También divisamos ya las peñas de la Gualta, donde se encuentra un espectacular mirador en el que, si la lluvia no nos lo impide, pararemos a comer algo antes de iniciar el descenso, el cual en esta primera parte tiene "miga"
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Mirador de la Gualta |
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Reloj de sol en el Mirador de la Gualta |
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Leyenda del reloj de sol |
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Vista del Valle del Noceda desde el Mirador |
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Recuperando fuerzas |
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Preparándonos para reiniciar la marcha |
Aquí en el mirador, parte más alta de la ruta con unos 1300 m.s.m. hicimos una de las fotos de grupo, pero no la tengo yo, así que no puedo compartirla.
Con precaución iniciamos la parte más técnica de la ruta. Esta primera parte del descenso, asusta un poco, ya que por algún momento hay que destrepar por rocas, sobretodo si te animas a visitar la primera de las cascadas. Realmente se puede considerar una sola, pero doble, como con una especie de descansillo. Por aquí perdemos altitud rápidamente y para ello contamos con la ayuda de una cuerda y de una "especie de escalera" hecha con tablas que sujetan la tierra, aunque hay tramos que es todo piedra, y como ha estado lloviendo, resbala bastante. Algunos de los postes que sujetan las cuerdas están en mal estado por lo que bajamos de uno en uno cada tramo de "cordada" para evitar falsos movimientos. Es el momento "aventura" de la ruta.
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Parte inicial del descenso |
Aunque no todos, la mayor parte de la expedición se aventuró a pasar a esta primera parte de la cascada de la Gualta, y el que lo hizo no se arrepintió, porque la verdad es que merece la pena.
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Parte del grupo |
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Don Eduardo |
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Guanchin |
Tras volver a la senda y visitar la otra catarata o la parte baje de esta catarata de la Gualta, seguimos bajando, de momento con bastante pendiente, pero poco a poco esta va disminuyendo y la senda cada vez es más cómoda y volvemos a entra en una zona muy frondosa y los castaños y nogales vuelven a hacer su aparición.
La siguiente fuente a la que llegaremos será la del Canalijo, a la que alguien modificó en el cartel su nombre en plan ¿gracioso? para poner del Canalillo. Desconozco las propiedades curativas que pueda tener esta fuente.
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En lo alto el mirador de la Gualta |
Llegamos a otro punto de la ruta en el que no las tenía yo todas conmigo, ya que no se como estaría para cruzar el río con las lluvias caídas y en este punto no hay más puente que unas pequeñas, endebles e inestables tablas. Cruzamos el río junto a la Fuente conocida como Mía para ir hasta la de Fuente el Rubio, última de las fuentes de esta preciosa ruta y que tiene, según los lugareños, propiedades curativas para el reúma, la caries y para fortalecer los huesos.
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Voy cruzando el ríio, sabes que te quieroooo... |
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Algo tendrá el agua cuando la bendicen |
Poco después entramos ya en las calles de Noceda, y a los que venían delante conmigo, viendo que es pronto (15:30), les propongo de ir hasta Las Médulas. Aceptan de buen grado y cuando ya todos estamos en el Verdenal, el CTR en el que íbamos a dormir, comentamos la idea y se suma un buen grupo, por lo que sin más demora, que los días ya no son tan largos, y que tenemos 50 minutos de coche hasta allí, partimos hacia las antiquísimas minas de oro de tiempo de los romanos.
Llegamos a la aldea de Las Médulas y enseguida nos ponemos a andar, nuevamente por castaños increíbles para al poco de iniciar la ruta, subir de forma un poco más "empinada" y entre castaños mucho más jóvenes hasta el mirador de Orellán, que nos deleita con unas panorámicas realmente espectaculares.
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Las Médulas |
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Los Aquilianos |
Entramos a ver las galerías que pueden ser visitadas, para lo cual tenemos que esperar a que salga un grupo de montaña de Cebreros (Ávila) que está dentro para poder ponernos los cascos y no golpearnos en la cabeza, ya que hay que ir agachados en buena parte del recorrido.
Tras salir de la galería nos dirigimos hacia el camino por el que subimos hasta el mirador, pero nos detenemos a hacer una fotos nuevamente hacia Las Médulas, ya que la luz que hay ahora es increíble.
Una vez abajo, nos dirigimos hacia la Cuevona y a La Encantada, y como somos algo traviesillos, pues nos colamos por ella, no sea que los romanos se hayan dejado algo de ese oro que de aquí se llevaron.
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Desde el interior de La Cuevona |
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Desde el interior de La Encantada |
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Con Guanchin en el fondo de una de las galerías |
Bien, pues de nuevo a los coches, nos despedimos de Rober que se vuelve ya para Valladolid, y nosotros para Noceda a pegarnos una más que merecida ducha antes de cenar, y disfrutar de una velada que Paco amenizó de manera muy grata con sus chistes. Y tras un digestivo gin-tonic, para cama que mañana hay que madrugar para ir al Valle del Silencio
Nuevamente con tú pericia descriptiva, amigo Nino. Nos trasladas a espaldas de esas líneas narrativas, insuflando la mejor de las sensaciones a nuestra mente.
ResponderEliminarTambién, hacerte un comentario. Numerosas fuentes, variados regatos y procelosos cauces de agua....y ni tan siquiera un buchito de bota de vino...eso si que es milagroso.
Saludos y ya noto el frescor de ese campo en mis pulmones.
Verificador A63
La bota vino perdía por las costuras...
EliminarA hinchar que la tengo para advenedizas aventuras
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