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Agradecer a Salvador Hernández su ayuda en la configuración de este blog. Gracias Salva.



miércoles, 18 de julio de 2012

Desafío concluido... CON ÉXITO (2ª etapa)

He estado pensando en como he titulado este doble artículo sobre el Desafío, y quizás lo de con éxito a alguien le choque. Lo que para mi ha sido un éxito, cierto es que a lo mejor para alguno de los participantes en la prueba sería un fracaso. Yo mi meta era completar las dos etapas, y lo conseguí. No me marqué tiempos ni medias, ni nada de eso, así que como no me puse más objetivo que terminarlas bien, pues para mi fue un éxito, al alcanzar lo que me había marcado.
A la segunda etapa llegué ya con menos nervios que a la primera, a pesar de que comentando en la Festa Meiga de la noche anterior con otros participantes en el Desafío, parecía que iba a haber guerra desde el principio.Había quien se propinía rodar por el llano a 50 kms/h. Luego os cuento lo que pasó realmente.
El caso es que a las 8:30 llego ya a la zona de salida y saludo a Oliveira, Kiko y Piru (no se si habrán dormido algo en este fin de semana), paso por el control de firmas y me pongo a montar la bici. Saludo a Alvaro Pino, cuya mujer hizo buenas migas con la mía durante la sardinada (las de Ponteareas por lo visto hacen piña facilmente) y me pongo a calentar, en una mañana algo fresquita, pero que prometía un buen día para la práctica del ciclismo a pesar de la niebla que cubría el Val do Ulla y que ofrecía una auténtica postal desde la línea de salida en A Ramallosa.

Poco a poco van llegando todos los participantes, y hay un momento en que se junta lo más granado del ciclismo gallego, Alvaro Pino, Jose Manuel Oliveira, Ezequiel Mosquera, Gustavo César Veloso y Gonzalo Rabuñal, el cual no entiendo como puede estar sin equipo con todo lo que demostró en el extinto equipo profesional gallego.

Se acerca el momento de la salida, y con un leve retraso, a las 9:35 tomamos la salida rumbo a Cuntis. Al parecer la idea es ir todos juntos hasta el avituallamiento del día... No se porqué, pero no me lo creo. La salida, al igual que el día anterior es hacia abajo, y al pasar por Pontevea, nos metemos dentro de la zona de niebla, pero es muy poca y la verdad es que no molestó lo más mínimo ya que justo en ese momento se empezaba a ganar altura y claro, los de adelante empezaron a apretar el ritmo y entramos todos en calor enseguida. En esas primeras rampas por la zona de la Parroquia de Santo André de Vea, el pelotón se va fraccionando y lo de ir juntitos, se acabó.


Al llegar a la general ya veo el pelotón de cabeza que me saca una distancia maja, e intentamos formar una grupeta para, a relevos, poder enganchar. Al final la grupeta se rompe y me voy solo por delante... ¡¡a 55 kms/h!! cierto que picaba un poco para abajo, pero al final se cumplió lo que se pronosticaba durante la sardinada. Justo en la villa termal de Cuntis, consigo reintegrarme en el grueso del pelotón. Pero voy haciendo la goma constantemente en los pequeños cambios de rasante que continuamente ofrece esta carretera por la que vamos ahora cara a la localidad de Moraña. Así y todo, en el kilómetro 27 de etapa todavía soy quien de ir a rueda de todo un Iván Raña.

Poco a poco esos continuos toboganes van pasando factura y el grupo se parte en dos. En cabeza del segundo veo a Ezequiel que va mirando para atrás. Seguro que por el pinganillo, el director de equipo le ha dicho que espere por mi... ah!, pues no... se va.
Al poco de cruzar la villa de Moraña, giramos a la izquierda y empezamos a ganar altura... no es que sea la subida de la primera cota del día, pero ya empieza esto a ponerse de uñas. Desde aquí esto es ya un rosario de corredores, poco a poco la carretera nos va poniendo a cada uno en su sitio.
Ahora nos metemos por una carretera estrecha, pero muy sombreada gracias a un precioso bosque que la flanquea por ambos lados. Un primer cruce a la izquierda, y otro a la derecha tras pasar Paraños, nos mete ya en faena de lleno subiendo al alto de San Antoniño. A lo lejos se oye un altavoz, que no se si vendrá del Santuario de los Milagros de Amil, o más posiblemente de la iglesia de San Martiño de Gargantáns, pero por el que se oye la misa dominical, y al poco de iniciar la subida oigo al coro que canta algo que dice así: "... no hay dolooooorrrr...." Claro, para vosotras que no subísteis ayer Pan do Zarco.

El ciclista que se ve en la anterior fotografía con el maillot de Ciclos Marque, me sacó durante toda la ascensión la misma distancia. En los tres kilómetros y medio de puerto, ni me sacó más ventaja, ni yo se la recorté.
Una vez coronado el puerto, nos lanzamos en un descenso con alguna curva un tanto cerrada hacia el avituallamiento de Campo Lameiro. Como bien y me hidrato, que aun queda lo más duro por delante. Justo a la salida de "la Capital del Rupestre Gallego", la carretera vuelve a enfilar hacia arriba, pero sin grandes desniveles, de hecho esta cota "no es puntuable". Vamos cruzando pequeñas aldeas, distintas a las que vimos en Ancares, y así Cimadevila y Cequeril nos dan paso a la bonita zona del Ponte do Ramo sobre el río Umia y una pequeña playa fluvial. Tras cruzar ese puente, me alcanza un ciclista con el que ya voy hasta Cuntis, donde nos juntamos a otro más. Bien, un terceto para afrontar el último tramo. En la zona de llano, al paso por Anllada, nos quedamos solo 2, y vamos juntos hasta el inicio de la subida a los Milagres de Requián, aunque justo en el alto, el que se quedara atrás en las rectas de la N-640, nos vuelve a dar alcance. Por desgracia, el otro integrante de la grupeta, sufre la rotura de un radio en su rueda trasera.
Coronando os Milagres de Requián
Con mi compañero de ruta, que conoce bien la zona, me va indicando todo lo que nos vamos a encontrar, y bien que lo agradezco, no solo el que me indicara, sino el no ir solo y el poder ir charlando con alguien en estos últimos 20 kilómetros que nos quedan.
Descendemos bien hasta Souto de Vea, donde volvemos a coger la carretera que une A Estrada con Santiago y al poco de cruzar una vez más Pontevea, nos metemos en la zona más rural del concello de Teo.
Rarís, Fornelos, Bouñou... aldeas que vamos dejando atrás mientras vamos ganando altura hasta que llegamos a la iglesia de la parroquia de Luou. Ahí giramos a la derecha y enfilamos ya con todas las ganas hacia línea de meta, una meta que está ya a tan solo 4 kilómetros. Vamos haciendo relevos y llegamos rapidamente a Ramallosa, donde mi alegría es tal, que levanto los brazos bajo el arco de meta. En la foto que me tomaron a la llegada, ya había agarrado el manillar, no vaya a ser.
Mi entrada en meta en A Ramallosa

Según llego, oigo por megafonía a Andrés Vieites que me reclama para subir a podio. TOMA!!! Que habré ganado?? Metas Volantes? Sprint Especial?... Ah, que no ha habido en las dos etapas nadie que viviera tan lejos de Teo como yo... Bueno, la ilusión sigue siendo inmensa. El vivir en Valladolid tenía que tener alguna ventaja. Subí al podio con mucha ilusión, no lo voy a negar.


Después subí una vez más al podio, de la que no tengo foto, pero fue para recoger un trofeo de agradecimiento a la página web www.altimetrias.com por colaborar con este Desafío, y yo como forero y colaborador de esa página, recogí el trofeo en nombre de Juanto Uribarri y Ander Guaza, los Másters que crearon esa página, referencia para todos a los que nos gustan las altimetrías y saber como son y que puertos tenemos para poder afrontar con nuestras bicis.
Tras la protocolaria entrega de trofeos y obsequios, se inician las conversaciones entre los participantes, antes de ir hacia las reconstituyentes duchas y una de las estrellas del día en esas conversaciones, fue esta preciosidad:
Con lo de preciosidad me refiero a la bici, no a mi; una bici increíble de Cyclowood. Podéis conocerlas mejor a través de su web www.cyclowood.com Una empresa gallega que se lanza a la aventura y que seguro tiene un gran futuro por delante. La verdad es que esta bici causó sensación en la marcha, y aunque no lo creáis, pesa realmente poco, similar a las de aluminio e incluso menos que alguna.

Tras la ducha, pasamos a la comida de confraternidad, donde recuperamos fuerzas con unos buenos embutidos, unos macarrones con carne realmente buenos y un arroz con leche que a mi me supo a gloria.
Poco a poco llegó la hora de ir despidiéndose, y de hacernos fotos para el recuerdo.
Con Álvaro Pino
Con Ezequiel Mosquera

Con Gonzalo Rabuñal

Pues nada, ahora a esperar a que llegue la segunda edición del Desafío, en el que seguro habrá más novedades, y al que le deseo y le presupongo un gran futuro.

LARGA VIDA AL DESAFÍO EZEQUIEL MOSQUERA!!!!

martes, 17 de julio de 2012

Desafío concluido... CON ÉXITO (Primera etapa)

No se ni como empezar a redactar este nuevo artículo sobre lo vivido este fin de semana. Yo hacía ya mucho tiempo que no vivía este ambiente ciclista, han sido dos días, que en lo personal, han sido fantásticos y lo han sido por muchas cosas, por ver gente conocida y muy apreciada, por pedalear por parajes impresionantes, por pedalear al lado (bueno lo reconozco, detrás) de gente a la que admiré y admiro, y por hacer nuevas amistades.
El viernes se puede decir que lo pasé algo mal por los nervios; no las tenía todas conmigo ni mucho menos. Gané algo de peso, llevaba tan solo 1500 kms esta temporada, la calidad de los cicloturistas anotados, la climatología... eran bastantes factores los que me tenían algo preocupado.
En la tarde del viernes salí cara a Becerreá para recoger mi dorsal y saludar allí al incansable Piru que trabajó a destajo y se volcó en el evento junto a Kiko, Jose Manuel Oliveira y algún otro del que no recuerdo el nombre.
Ya de noche, casi a las once llego al hospedaje, donde me recibe un tío un tanto peculiar, pero que me trató realmente bien. Cené muy a gusto, dormí mal por los nervios y desayuné genial gracias a Pedro, que me preparó un desayuno 10.
Antes de las 9 salgo ya hacia Piornedo, que estaba realmente cerca sobre el mapa, pero la carretera menuda vuelta que da. En esta mañana que despertó gris y fresca voy conduciendo y alucinando con los altos montes y los profundos valles ancareños, salpicados por un sinfín de aldeas casi deshabitadas, con carreteras de acceso con rampas durísimas. ¡Qué espectáculo!

Una vez en Piornedo me dirijo hacia el hotel de mismo nombre y allí saludo ya a mis buenos amigos Juanto Uribarri, Jose María Hernández "Pepilloga", al gran fotógrafo Javier Figueiredo y como no, a Ezequiel Mosquera y a su mujer, Miriam.
Con tiempo voy montando la bicicleta, no sea que aparezca una avería de última hora y no pueda salir a tiempo. Mientras la monto, miro para el cielo amenazador. Como caiga otra como la del día anterior, habrá que cambiar las bicis por kayaks.

Por suerte, al final la mañana estuvo ideal para la práctica del ciclismo. Tan solo algo de frío en los descensos, sobretodo en el primero.
Poco a poco, la gente iba colocándose tras el arco de salida, tras pasar por "el control de firmas". Me llamó muchísimo la atención este detalle, además me hizo ilusión el firmar antes de tomar la salida como si fuera un "pro".
 
A las 10:30, tal y como estaba previsto, tomamos la salida bajo ese cielo gris y amenazante. Una salida, que en lo personal, la tomé bastante relajado para como estaba en las horas previas, aunque los comentarios de la gente que había a mi alrededor no ayudaban gran cosa; "Bueno, a ver si en menos de 9 horas la hacemos...", "la de pinchazos que vamos a tener...", "nos va a caer más agua que cuando enterraron a Zafra, que el ataud era de plomo y flotaba..." y lindezas varias. Al final, nada de nada, y la ilusión de tomar parte en esta prueba, pudo mucho más que todos los temores que tenía. Venga vamos allá.
Foto sacada da páxina www.desafioezequielmosquera.com
El inicio es un rápido descenso, en el que pasamos algo de frío, ya que la temperatura no era muy alta (unos 13ºC) y el que más o el que menos agradeció la primera rampita hacia arriba para dar pedales y entrar en calor. El inicio fue tranquilo, había alguno con ganas de guerra, pero hasta el Alto de Degrada o Campa da Braña, fuimos todos juntos. En el alto se nos "soltó" para que el descenso no fuera muy peligroso y encarar ya el primer puerto con una "pequeña selección" hecha.
Pelotón estirado llegando a Degrada

En la foto anterior, el del maillot negro es quien da nombre a este desafío, que "se dejó caer" hasta cola de pelotón para ir saludando a todos los participantes y agradeciéndoles el haber ido hasta allí. Un bonito detalle por su parte. La duda está en  ¿se dejó caer o mostraba sintomas de flaqueza?
Una vez en Degrada y tras pasar frente al mesón-hospedaje en el que hice noche, nos lanzamos hacia abajo por una carretera al principio estrecha, con un asfalto un tanto irregular pero que permite bajar bastante bien. El último tramo de descenso lo hacemos ya por una carretera ancha, pero de asfalto rugoso.
Llegados ya a Puente de Doiras, donde un grupo de personas nos jalea con alegría iniciamos el ascenso hacia el Alto do Portelo-Campa do Comeal.
O Portelo no es nada duro, y se sube bien, además empiezan a hacer acto de aparición los primeros rayos de sol y el chubasquero y los manguitos ya sobran. Mis sensaciones al principio son malas. Se me enciende algún testigo rojo en mi salpicadero particular, pero por suerte queda en una falsa alarma momentanea. Justo a la altura del cruce hacia la aldea de Vilarello, ya me noto mucho mejor.
Inicio de O Portelo

Eze soltando carbonilla
La verdad que la belleza del puerto hace que esas primeras sensaciones malas sean más llevaderas. Poco a poco el valle se va haciendo más profundo, a medida que vamos ganando altura y justo tras pasar el cruce hacia Vilarello me encuentro mucho mejor. Esas sensaciones malas que llevaba, desaparecen por completo y más al llegar al alto de O Portelo y encarar las rampas de O Comeal. Es curioso, pero cuando la carretera se pone más hacia arriba, resulta que yo voy mejor.
Coronando O Portelo y comenzando O Comeal.
www.desafioezequielmosquera.com
Justo al empezar la segunda parte de ascenso del Comeal, podemos disfrutar de unas vistas maravillosas, a nuestra diestra el valle que nos acompañó durante la ascensión y a nuestra siniestra ya los Ancares leoneses y al fondo los primeros montes de la Sierra de la Cabrera.

Coronando O Comeal
Foto de Javier Figueiredo


Que cerquita estamos de coronar por fin el primer escollo del día. Al llegar al alto, se desciende por una larga recta, al final de la cual tenemos que girar a la izquierda, dejando a nuestra derecha la carretera que a través de A Pintinidoira nos llevaría hasta As Nogais. Tras superar una serie de toboganes, llegamos por fin a Pedrafita do Cebreiro, donde hay un reagrupamiento y aprovechamos para recuperar fuerzas en el primer y muy bien abastecido avituallamiento de la jornada.
Foto sacada de www.desafioezequielmosquera.com

Tras recuperar fuerzas, nos lanzamos en descenso hacia As Nogais por la antigua N-VI. Yo en este descenso no recupero nada, entre el compact que llevo montado y el aire que pega de frente, a pesar de los relevos que voy haciendo con mi amigo Jose María "Pepilloga" no somos capaces de seguir la rueda de la grupeta formada al salir de la zona de avituallamiento, y nos quedamos solos... por mucho tiempo.
Subiendo la minicota de A Porteliña, nos pasa Ezequiel, el cual nos saluda pero que nos deja de rueda enseguida. Coronamos al pasar el túnel del mismo nombre y poco después cruzamos el alto viaducto de Cruzul.
Túnel de A Porteliña
Viaducto de Cruzul
Una vez pasados túnel y viaducto, subimos otro poco hasta Becerreá, pueblo que tras la construcción de la A-6 ha perdido bastante ajetreo y lo que antes era un poco latoso cruzar en coche, ahora se hace rápido. Me acuerdo que de pequeño, cuando iba por aquí siempre me llamo la atención la entrada al pueblo con ese "entramado" de hormigón. Tras pasar por debajo del en coche multitud de veces, lo hago por primera vez en bici.

Ya en el pueblo, giramos hacia la derecha en dirección hacia Navia de Suarna, abandonamos la N-VI y dejamos de lado el puerto de Campo de Árbore, puerto pequeñín, pero que a mi antiguo AX le costaba subir.
El tramo hacia Navia en teoría es asequible, pero para mi fue un suplicio. Hasta Liber, mi compañero Pepilloga y yo aun fuimos bastante bien, pasando bajo uno de los impresionantes viaductos de la A-6, pero es que desde ese punto hasta Navia, por lo menos para mi fue un castigo y duro. Fué un tramo de 26 kilómetros sin ver a nadie, ni atrapamos a ningún ciclista ni ninguno nos atrapó a nosotros para hacer grupeta, y el caso es que tanto por delante como por detrás, las distancias no debían de ser muy grandes, pero al final fuimos luchando contra el aire los dos solos, por esta carretera en perfecto estado pero en la que no vimos absolutamente a nadie (creo que nos cruzamos con 2 coches) y se hizo muy duro. Si me llego a meter todo ese tramo yo solo, lo mismo pongo la bici a la venta allí mismo.
Viaducto nuevo de la A-6
La soledad rayante hacia Navia de Suarna
Por fin llegamos a Navia de Suarna y allí, "EL OASIS"; bajamos hacia la plaza donde está la casa del Concello, y donde está lo que realmente importa, un nuevo avituallamiento completo. Bajarse un poco de la bici, charlar con los allí presentes y poder comer y beber algo fue como un maná camino de la Tierra Prometida. Gracias Dios por esos bollitos, esa fruta y esas botellas de Powerade.
El Oasis en Navia de Suarna
El entrenador de fútbol Fernando Vázquez llegando al avituallamiento
Saliendo de Navia, seguimos por la misma carretera por la que veníamos, pero ahora mucho más estrecha, con peor asfalto y bajo una frondosa arboleda. Para la práctica de nuestro deporte, ideal, pero supongo que para los usuarios automovilistas que quieran ir hacia Ribeira de Piquín, cuna de la familia Seivane (familia de grandes gaiteiros y gaiteiras), no será tan ideal.
Al poco de reiniciar la marcha, giramos a la derecha y afrontamos las primeras rampas del puerto de A Morela, ganando en calidad de asfalto. Cuando pasamos por ahí los 5 ciclistas que formamos una grupeta al salir del avituallamiento, parece que nos empieza a pintear un poco, un ligero orballo que lejos de molestar, casi hasta se agradece.
Primeras rampas de Serra Morela o Folgueiras de Aigas
Casona que otrora parece haber sido esplendorosa en Muñis

Este puerto lo voy subiendo cómodo, charlando con Peruco de Benavente, con Pepilloga, y con otros cicloturistas. Al fondo, en otros valles parece que llueve con ganas, pero como dije antes, a nosotros poco nos cayó y no pasó de ser un leve orballo. Como desde casi cualquier punto alto de Os Ancares, las vistas; INCREÍBLES.
Aldea de Larxantes
Preciosas vistas subiendo hacia A Morela
El gran Juanto Uribarri apoyándonos desde la cuneta
Folgueiras de Aigas
La parte final del puerto no es muy dura, y se hace bien. Lo malo fue, que llevaríamos poco más o menos un kilómetro de descenso, cuando aparece ante nuestras bicis un repecho que hace que a nuestras piernas asomen unos leves dolores en los cuádriceps. ¿Pero quién a puesto esto aquí?
Cuando ya por fin descendemos de verdad, pasando por la aldea de Faquís, notamos algo de frío. El descenso no es que sea muy peligroso, pero tiene alguna curva algo complicada y conviene tener cuidado. Alguna caída hubo, aunque por suerte, parece que quedaron en "chapa y pintura" además de en un buen susto, como en el caso de mi amigo Luis. Sin apenas llanear nada, empezamos ya a ganar altura. El temido Ancares ya está aquí... Pero no será hasta pasados unos pocos kilómetros y un pequeño avituallamiento líquido, cuando aparezca el cartelito de "Comienza Puerto". ¿Entonces lo que hemos subido hasta aquí no cuenta? Pues vaya!!!
Llegamos a la aldea de Murias y ¡¡AQUÍ ES!! Aquí es donde se coge la carretera de Pan do Zarco. Venga, ¡¡A POR EL!!
Alvaro Pino y otro ciclista encarando hacia Pan do Zarco
Miña naisiña!!!!
Al punto que se ve en la anterior fotografía se llegaba con 120 kilómetros en las piernas, que no es moco de pavo. Había la opción de subir por Balouta, que ya es una vertiente dura, pero el momento estelar de la jornada era subir por Pan do Zarco, o sea, había que ir por allí, y por si había alguna duda, una señora de avanzada edad, con una amenazante vara en la mano ya se encargaba de azuzarnos diciendo: "Polo duro, vai polo duro..." Cualquiera la llevaba la contraria!!
Primeras rampas con la pared de la Pena Muria al fondo

Pena Muria a la izquierda
Durante la ascensión hasta Cruz de Cespedosa, apenas hice fotos, bastante tenía yo con mantener una más que delicada verticalidad, pero si fui quién de hacer una aproximándome a la pared de Pena Muria.
En la foto anterior hasta da la sensación de que apenas hay inclinación, pero no iba yo como para ponerme a enfocar y hacer todas esas cosas para obtener una foto correcta, pero por allí había cosas como esta:
Foto tomada de www.desafioezequielmosquera.com
La verdad es que aunque sufriendo mucho, voy encontrándome bastante bien, no voy a decir que cómodo, porque tampoco es eso, pero me sorprende como voy ganando altura, lo "rápido" que llego a la cota 1000 metros y como poco a poco me voy acercando a las brañas que dan nombre a esta subida. ¡Qué cerca estoy! Falta poco, y los gritos de ánimo de unos chavales que estaban allí como caídos del cielo, me empujan a seguir adelante, así como el distinguir la silueta entre la niebla que bajaba del cicloturista que me precede. Agradeciendo a los chavales sus ánimos, sigo adelante, haciendo un posado ante la cámara de Javier Figueiredo.
Metido entre jirones de niebla, llego a La Cruz de Cespedosa donde se junta esta vertiente con la que viene por Balouta y se coge la carretera que va para Piornedo por Suárbol. La alegría por llegar arriba sin tener que haber echado pie a tierra ni una vez es inmensa, y pego un brinco con la bici nada más llegar al cruce. Ya en la Cruz, me tienta en seguir subiendo hasta el alto del puerto y coronar Ancares del todo, para así echarme al zurrón un Pata Negra del reto CIMA (Certificado Ibérico de Montañas Ascendidas), pero decido que mejor no, que ya llevan esperando mucho tiempo por mi en línea de meta, así ya tengo disculpa para volver otra vez, aunque este sitio merece la pena ser visitado sin necesidad de disculpa alguna.
Nos encontramos arriba el peor tramo de carretera de toda la marcha, arreglaron un poco la zona de curvas a la altura de Piornedo, pero hay que bajar con cuidado, tampoco voy a arriesgar ahora a estas alturas.
De repente aparece ante mi un repecho, que la madre que le parió, un kilómetro y medio todo para arriba con rampas de hasta el 13%. Pero es igual, después de lo pasado, esto ya se hace hasta con plato grande, (siempre fui un poco exagerado, ser de Bilbao o de Boiro, es lo que tiene). Huele a meta, estoy cerca, voy a conseguir terminar la primera etapa, con números discretitos, pero terminarla, lo que me hace gritar todo eufórico al pasar bajo el arco de meta: ¡¡SOY EL MEJOR!!, lo que provoca las risas de los allí presentes y no se bien si fue Sabino Cortizo o Andrés Vieites que me dijo que parecía un ciclista del Sky. No se si se referirían al equipo de Wiggins y Froome o que era más bien un ciclista de Eskay como el de los sofás.
Jamás pensé en ver mi nombre con el tiempo empleado en una pantalla al pasar bajo un arco de meta como un ciclista de verdad, fue otro de esos detallitos que hicieron de esta marcha algo diferente. Son pequeñas cosas, pero que a los que somos del montón y solo andamos en bici porque nos gusta, sin más motivo que el disfrutar de ella y de las posibilidades que este bello deporte nos ofrece, nos hace despegar la imaginación y como que estamos viviendo un día en una gran vuelta. De verdad que este detalle, me gusto mucho.

Tras esperar por mis compañeros de aventura, fuimos hacia al hotel a recuperar fuerzas con un gran plato de spaghettis y una copita de vino. Después me despedí hasta otra ocasión de los participantes que no iban a tomar parte de la 2ª etapa, mi compañero de "fuga" Pepilloga y del gran Juanto Uribarri, el Portusmaster de la página www.altimetrias.com una auténtica biblia para los amantes del ciclismo de altura, y un "ahora nos vemos" para los que íbamos a tomar parte después en la Festa Meiga.
Ahora viene lo que quizás fue lo más duro del día, coger el coche y volver hacia las tierras de Compostela. Por la carretera hasta Navia de Suarna seguí disfrutando del paisaje.




Después en Santiago, tras comer algo en casa de mi suegra, nos dirijimos mi mujer y yo hacia el hotel Congreso en Teo, donde nos obsequiaron con una Festa Meiga, que sirvió para intercambiar impresiones de esta primera etapa, y también para degustar unas ricas sardinas así como unos buenos trozos de empanadas no menos ricas y un tinto de Navarra para bajar las migas. A eso de las 00:30 yo me retiré a mis aposentos, que la segunda etapa, aunque mucho más light, también iba a tener "su aquel".
Perfil de como fue la etapita...

Recordad que pinchando sobre las fotos, podréis verlas a tamaño normal.

Continuará...

viernes, 13 de julio de 2012

Cara al Desafío Ezequiel Mosquera (III) Los temores.

A falta de 24 horas, para que se inicie el Desafío, los temores van aflorando. Son varios los que tengo, aunque no llegan a atenazarme (de momento), pero creo que es lógico ante una prueba de esta envergadura.
Al final estamos inscritos 162 personas para tomar parte de esta prueba. A mi me gustaría que fuéramos más, ¿el porqué? pues muy sencillo, para que fuera más fácil encontrar una grupeta formada por cicloturistas que más o menos fueran del mismo corte que yo y poder avanzar juntos y ayudarnos dando relevos. El quedarse solo, puede hacer que esta etapa sea mucho más dura de lo que ya es de por sí.
De los 162 participantes, veo que algunos de ellos van a ser Óscar Pereiro, Alex Márque, Ivan Raña, David Blanco... el formar grupeta con estos no creo que sea posible, paso de ralentizar tanto mi ritmo... ja ja ja, es broma. Otro de los apuntados era Perico Delgado, aunque supongo que lo haría pensando en la fecha anterior en la que iba a disputarse la marcha, ya que ahora tendrá que retransmitir el Tour.
Otro de los temores es la climatología. Hace un mes, cuando se anunció el cambio de fecha temía el ir por Ancares a más de 30ºC, ahora, exagerando un poco, casi es que haya nieve el temor. Galicia está sufriendo quizás el "verano más invernal" desde hace un porrón de años, y al parecer, el sábado las cosas van a seguir más o menos igual.
Ahora, que si miramos la página de Meteogalicia, parece que va a estar bastante mejor. Ojalá sea así, con frío, ya que para Pedrafita dan 5-6ºC de mínima, pero sin lluvia y con poco aire.

Bueno, siempre se dice que los ciclistas estamos hechos de otra pasta (que no suene presuntuoso lo de autodenominarme ciclista), así que aguantaremos lo que nos echen, y si tenemos que practicar algo de Aquaciclyng, pues se practica.

Lo comentado hasta ahora son leves futesas comparado con el temor más grande...PAN DO ZARCO.
Al poco de salir, ya daría miedo, pero llegar al inicio del puerto con 120 kilómetros en las piernas... es para echarse a temblar. Yo voy con la idea de atacar Ancares por Pan do Zarco, pero dependerá de como llegue a pie de puerto. Comentar estas cosas así, da la sensación de que Ancares por Balouta fuera una tachuelilla, NI POR ASOMO!!, pero al lado del otro...


¡¡Vaya números se gasta el puertito!! ¿eh? Son 6 kilómetros (del 2 al 8) que no baja en ningún momento del 9%. Hace tiempo, un amigo mío me dijo tras subir Angliru, que en las rampas del 12-13% de desnivel, se llega a descansar. Seguro que me acuerdo de esa frase más de una vez mañana.
Bien, pues dentro de unas horas, saldré hacia Becerreá para coger el dorsal, y todo lo que nos den para la marcha, después al alojamiento que he pillado allí para cenar bien (ponen comida casera) e intentar dormir lo mejor que pueda, para estar fresco cual lechuga matutina y dejar el pabellón boirinhés lo más alto posible, por lo menos a 1670 metros de altitud.

Seguiremos informando...

E dis de subir ata alá arriba?
E ti sei que me fodes!